Vi@Euskalmitología. Daniel Oholeguy
AUZINA, LA LEYENDA DE LA ORTIGA
Me lo relató Aitor Azurmendi, un conocido historiador de Alzaga, sobre la antigua leyenda de la ortiga.
Se trata de una plata pequeña que a veces forma matorral. Sus hojas y tallo tienen unos pelillos que son extremadamente irritantes. Se emplea de muchas formas, hay muchos vascos que tienen por costumbre soportar el picor, a fin de incrementar la circulación sanguínea, otros lo emplean en infusiones para enjuagar el cabello y evitar su caída, y otro sinfín de aplicaciones.
Se dice que antiguamente, en Amezirizalde, cerca del pueblo de los robles, había varios caseríos, que al encontrarse aislados, siempre eran atacados por los demonios de la noche.
La situación era difícil, por lo que se tallaron lauburus en puertas y ventanas, se colocaron eguzki loreak, se quemó romero y albahaca, con lo que por un tiempo no fueron molestados, pero cuando llegó el verano, Ieltxu, el malvado, se dedicó a prender fuego a las eguzki lore que encontraba en el campo. Los caseros se quedaron casi sin protección.
Pronto convocaron a Mari, para contarle la situación. La señora, que jamás deja desprotegidos a sus hijos, hizo crecer la auzina alrededor de cada baserri. Por la noche cuando los demonios quisieron llegar, se metieron en los matorrales de ortiga, y así tuvieron que regresar sin conseguir lo que se proponían. Grandes ronchas cubrían sus cuerpos.
Desde entonces no volvieron a molestar a los humanos.